En medio de la crisis vecinal causada por la reubicación de la Feria Borgoño en Maipú, se ha dado a conocer la negativa de distintos lugares a recibir una feria (inclusive de manera temporal) cerca de sus casas.
Esto ya que la reubicación de la Feria Borgoño ha arrastrado a muchos vecinos a un conflicto entre la Municipalidad de Maipú y unos 400 socios de la feria.
Uno de estos “golpeados indirectamente” son los vecinos de La Farfana de Maipú, un sector residencial emblemático de nuestra comuna y que por decisión democrática decidió que no querían una feria en su sector.
Esta decisión trajo críticas y no fue bien tomada por los dirigentes de las ferias, quienes legítimamente luchan por mantener sus fuentes de ingreso. Situación que como medio hemos cubierto ampliamente.
Pero, independiente de los conflictos que puedan existir, los cuales son genuinos y esperables que sucedan, esto no nos puede hacer perder el foco como sociedad; vivimos en Democracia y siempre habrá más de un interés en juego, incluso intereses en conflicto.
Por esto nos parece importante destacar el proceso ciudadano que realizaron las y los vecinos de La Farfana de Maipú, quienes juntaron más de 1.100 firmas, entre vecinos, dirigentes, comunidades educativas y trabajadores del comercio.
Su postura fue decir no a una feria, al igual como en otras partes de Maipú han dicho “no a la extracción ilegal de áridos” o incluso “no a un punto limpio”. Es importante recalcar que vivir en democracia no es felicidad 365 días del año, es un choque constante de intereses particulares y colectivos.
El “no a la feria” de La Farfana fue una decisión que se tomó de una forma democrática, y no hay duda de ello, y lo que es destacable es que fue dentro de un sistema político que no entrega condiciones óptimas para que esto suceda.
Sus razones, las cuales no podemos desconocer, pasaron por externalidades propias que una feria trae a un barrio. Y si bien, las ferias son una ayuda al bolsillo de muchos vecinos, puede que en este ejercicio otros también salgan perjudicados, o bien deban pagar un costo difícilmente cuantificable en dinero.
Uno podrá estar de acuerdo o en desacuerdo con esta decisión, qué duda cabe, pero finalmente quien vive en un sector es quien mejor sabe las cosas que pueden mejorar o empeorar su calidad de vida.
El mejor ejemplo es que la misma comunidad que dijo “no a la feria”, meses antes también logró de manera organizada detener la construcción de una segunda planta de tratamiento de aguas servidas, lo que amenazaba con mermar brutalmente la calidad de vida del sector.
Al igual que pasó con la planta, los vecinos ponderaron razones técnicas, como fue el informe entregado por Carabineros de la 25 Comisaría de Maipú en relación a vías de escape en caso de emergencia.
Esta consulta tiene el mérito de haber unido no solo a vecinos, sino también a la comunidad educativa de colegios, locatarios del Strip Center, funcionarios policiales, vecinos y dirigentes, en un proceso donde participaron directa e indirectamente más de 5.000 personas en la consulta ciudadana.
Habrá que seguir avanzando en más y mejor democracia. Y hasta que el municipio o el gobierno implementen un sistema de consulta comunal, estas consultas ciudadanas barriales parecen ser la forma más democrática que tenemos hasta ahora para tomar las mejores decisiones.
Y como lo cortés no quita lo valiente, el sentir de un grupo no puede ser justificación para aplastar el interés de otro, “jamás”. De eso se trata al final la Democracia, de buscar un bien común, un equilibro, un entregar y recibir, escuchando y poniendo todos las posturas sobre la mesa.
Celebramos la organización de los vecinos de La Farfana y esperamos sirva como ejemplo para seguir solucionando conflictos siempre con más Democracia, con respeto aunque las condiciones nos impulsen a perderlo y, sobre todo, escuchando la voz de la gente.
*Fotografía área de La Farfana de Juan Pablo Palma
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