Cathy Barriga perdió la elección, pero su estilo se impuso como la nueva forma de comunicar en política.
Sus bailes, polémicas, peleas, pataletas y chascarros lograron llamar la atención de millones de usuarios de redes sociales y televidentes durante sus cuatro años de gobierno.
Algo que no sólo fue bueno para ella, sino también para sus oponentes políticos y medios de comunicación que hicimos un rentable negocio gracias a sus polémicas.
Porque más allá del resultado de las elecciones, Cathy Barriga fue un éxito comunicacional.
La Cathy logró trasladar la lógica de la confrontación farandulera a la política, y en eso fue la mejor por mucho tiempo, siendo quizás sólo superada por “la abuela”.
Justamente, la farándula política nace de dos necesidades: subir el rating de la TV y maximizar una figuración política. En ese cruce, la polémica es el mejor negocio para ambas partes.
De hecho, algunos pensamos que fue Stingo (otro gigante y polemicista de la televisión), quien inclinó la balanza en favor del entonces desconocido asesor del diputado Pablo Vidal, Tomás Vodanovic.
Pero hay que ser justos, Vodanovic es todo lo opuesto ideológicamente de la ex alcaldesa.
A pesar de eso, ambos comparten algo en común: una fuerte vocación televisiva.
Es la sensación que muchos sentimos al ver cómo la política de Maipú sigue en la primera plana de matinales con dimes y diretes.
Barriga mentora y maestra
Barriga nos enseñó que una comuna tan grande como Maipú se gobierna mejor desde las redes sociales y la televisión.
Y sus estudiantes tomaron nota. Hay muchos beneficios de mantenerse vigente en pantalla y poder comunicar mensajes masivamente
Esto ha llevado al hasta ahora bien intencionado gobierno de Vodanovic a un frenesí comunicacional. Una especie de ansiedad por querer comunicar todo lo que se hace o deja de hacer.
Algo en principio positivo, parece insostenible en el tiempo.
Como todo en la vida, los excesos traen consecuencia. Y el mejor ejemplo es la misma Cathy Barriga, quien terminó embriagada de sí misma debido a la alta exposición mediática.
La misma observación vale para algunos concejales, quienes han entendido que no basta con denunciar un hecho a Fiscalía o Contraloría, que es para lo cual fueron elegidos.
El verdadero objetivo parece ser alcanzar los valiosos minutos en televisión.
Siempre será mejor negocio mostrar peluches en televisión, que tomarse el tiempo de entender porqué que están ahí.
Es mejor negocio decir que no hay computadores ni teléfonos, que molestarse en preguntar antes de dejar mal parados a los funcionarios a cargo frente a todo Chile.
Quizás porque esperamos mucho de este nuevo gobierno comunal es que pedimos más.
Quizás porque la juventud elevó los estándares con duras críticas a la vieja política, es que es fácil quedar con gusto a poco.
O quizás porque han sido demasiados años de farándula, corrupción y egolatría es que esperamos que los nuevos artistas se concentren más en el arte de gobernar que en el espectáculo de comunicar.
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