Aracely Ibáñez fue una destacada profesional del área de la salud y políticas públicas en Maipú. Su espíritu libre y rebelde dejó una huella en muchos de quienes la conocimos. Esta es la historia de su último adiós.
Aracely Norma Ibáñez Navarro fue muchas cosas en su vida.
Fue madre, artista, poetisa, profesora, docente, académica, asesora legislativa.
Sobre todo, fue un espíritu libre que vivió su vida con intensidad y llenó de energía los lugares por donde pasó.
Estudió Ingeniería en Alimentos en la Universidad de Santiago de Chile, donde fue ayudante de la cátedra de microbiología. Una de sus mejores amigas, “la negra” contó que ahí nació su amor por la docencia.
Más tarde, ya titulada, desarrolló su trabajo en el área de la salud comunitaria, donde llegó a ser Jefa Unidad de Promoción de la Salud de la Municipalidad de Maipú.
Allí logró que en todos los consultorios hubieran facilitadoras interculturales y machis (médico mapuche que cura los males del cuerpo y del alma). Su trabajo fue reconocido por el Servicio de Salud Metropolitano Central y la Seremi de Salud Metropolitana.
En el área de participación ciudadana, Aracely colaboró activamente para construir la Ordenanza Municipalidad de Participación Ciudadana en Maipú, así como la Cumbre Ciudadana, colaboró en diversos avances en la planificación barrial, además de una larga lista de otros logros, según recordó la concejala Graciela Arocha en su mensaje de despedida.
También tenía una faceta artística, que la llevó a realizar distintas performances en Santiago y otros lugares como Chiloé.
Esta última visita la contaba con especial orgullo, ya que fue una de las primeras intervenciones artísticas-urbanas que tocó el tema de las mujeres que sufrieron torturas durante la dictadura en Chiloé.
Aracely también era docente en la Universidad de las Américas, donde enseñó por 12 largos años, pues, además de todos los diplomados que había sacado, era Magíster en Dirección Liderazgo para la Gestión Educacional.
En sus últimos años trabajó como asesora legislativa de la Diputada Viviana Delgado (Distrito 8).

A pesar de su alegría, Aracely cargaba secretamente una cruz que la acompañó por muchos años, ya que sufría grandes dolores debido a un accidente del cual nunca se recuperó totalmente.
Todo comenzó por una una de sus pasiones, que era subirse a los árboles (la otra era “chiflar”).
Como recordó una de sus mejores amigas durante su despedida, un día recibieron un llamado de que Aracely se había caído de un árbol, tras lo cual debió ser llevada a urgencia por sus amigos.
Desde ese día vivió en constante dolor, ya que desarrolló el síndrome de Sudeck, que genera una dolor inmensamente mayor a la magnitud de las heridas.
A través de terapias y medicinas alternativas (y de otras especies) lograba disminuir el constante influjo de dolor en su cuerpo.
Su umbral de dolor estaba por sobre la media, lo generó en ella una visión muy especial de la vida y cómo enfrentar la adversidad.
Hace unos dos años, el cáncer tocó la puerta de Aracely en el mejor momento de su vida.
Se fue joven, como suele pasar con las estrellas fugaces que pasan por la vida dejando un legado, como recordó su hermano Raymundo en su discurso de despedida,
Aracely luchó contra el cáncer, pero a su manera, sin soltar sus convicciones.
Porque la solidez de los ideales se pone a prueba realmente cuando alguien está dispuesto a asumir las consecuencias hasta el final.
Y Aracely era una persona de convicciones profundas.
La vida puso a prueba sus ideales en varios momentos: en la forma como enfrentó el cáncer, manteniendo con firmeza su confianza en las terapias alternativas; cuando decidió no adherirse a una histórica toma durante sus tiempos en la Universidad de Santiago; y cuando no dudó en dejar su trabajo como asesora legislativa cuando sintió que ya no era compatible con sus ideales.
“No quisiste formar parte en la toma donde gran parte de tus cercanos participamos, pero si duda hiciste más que muchos posteriormente. Tercamente consecuente con sus convicciones”, recordó una de sus mejores amigas en el funeral.
Son decisiones que tomó en vida con altos costos sociales, de salud y financieros que estuvo dispuesta a pagar.
Aracely pasó sus últimos días en el Hospital El Carmen de Maipú, acompañada por sus seres más queridos.
Su partida dejó un vacío grande entre sus amigos, familiares, colegas y estudiantes que será difícil de llenar.
La Aracely “chica” y Eliney (Regalo del Cielo, en mapudungún) son los nombres de sus hijas que la sobreviven, y que estuvieron presentes en su despedida en el Parque Cementerio Valles Unidos de Quilicura.




La emotiva despedida de Aracely
Antes de que llegaran todos, tres de sus mejores amigos la estaban esperando en el Parque Cementerio.
Miguel Ángel Caronni y Ana Luisa Castro fueron los primeros en llegar, y se dieron un tiempo para compartir sus recuerdos.
“Habíamos vuelto a estar juntos, la recuerdo como era ella, con su alegría, con su risa, con sus ganas de vivir, con sus ganas de hacer amistades, de siempre estar al servicio del otro, algo que yo creo le pasó la cuenta porque pensaba mucho más en los terceros que en su propia vida y salud. Y finalmente, salió con la suya, siempre consecuente, con sus leyes y filosofía de vida. La Aracely era una persona alegre, amiga de sus amigos, siempre entregando más de lo que recibía, eso resume su vida, una entrega total al otro, su filosofía de vida. Y creo que hay que recordarla como la gran mujer que fue”, comentó Miguel Ángel, amigo desde los 17 años y con quien se había reencontrado poco antes de su enfermedad.
Ana Luisa Castro, parte de su círculo más cercano, también nos compartió sus recuerdos:
“Recuerdo puras cosas buenas, su inmensa alegría. Siempre voy a recordar que Aracely me daba mucha fuerza interior, que te hacía valorarte como persona. Muchas veces, a pesar de que ella estaba en una situación igual de crítica, ella era capaz de levantarte, de darte fuerzas, de motivarte a seguir adelante y de creer en ti, en tus facultades, tus actitudes. A pesar de todas las adversidades, ella encontraba la forma de salir adelante y de motivarte. Sus palabras calaron muy hondo en mí en un momento muy difícil de mi vida.”
En su último adiós fue despedida por violines al son de Over de Rainbow (sobre el arcoiris).
Ahí estaban sus amigos más cercanos, quienes quisieron estar con ella ese último día.
Una de sus mejores amigas desde los tiempos de la universidad, “la negra”, comenzó el funeral con estas palabras:
“Hace más de dos años me llamó muy triste, contándome que estaba enferma, y que estaba destruida y que no sabía bien qué hacer. Encontró su camino y forma de enfrentarlo y, como siempre, a su manera. Fue muy fuerte, siempre controlando el dolor, siempre tuvo la convicción de que se iba a sanar. Y así fue, se recuperó, tocaste la campana de la clínica. Pero en una segunda etapa, nuevamente llegaron malas noticias, me llamó y le dije que creía en ella y en su cuerpo, y que esta era una batalla más”.
A sus hijas y nietas, les digo una frase que ella escribió en un momento para la Chelita, y que claramente es para todas sus cachorras:
no existirá momento en que estemos separadas, aunque mi cuerpo no esté, será rebelde donde esté para estar al lado tuyo desde la trinchera.
Amiga, fui testigo de toda las batallas que diste. Quizás no sepa describirte con las palabras más precisas y hermosas que tú hubieras dicho en mi lugar, pero me quedo con una frase: eres una estrella infinita que siempre va a brillar en mi corazón”.
Raymundo Ibáñez, contó la manera como Aracely quería ser despedida y el gusto que tenía por “chiflar”:
“Siempre pidió de que la recordáramos a través de su legado, que es la risa. Y una vez me dijo pocos saben que yo silbo. Silbaba de una manera que no lo hacen las mujeres, que no lo hacen muchas. Era algo súper poco común, pero ella decía, a través del silbido saco todo lo que llevo dentro” .
Recordó también una anécdota que habla de lo que era Aracelly: cuando sus amigos tenían dudas si algunos de sus poesías eran de su autoría, ella respondía descomplicadamente: ¿y cuál es el problema?
Al final, Raymundo puso en el altavoz la canción “Estrella Infinita”, que para sus más cercanos retrata fielmente lo que fue Aracely.
El momento más emotivo se dio cuando comenzó a descender su ataúd al suelo, y los asistentes comenzamos a aplaudir y chiflar fuertemente antes de que partiera a su cremación.
Su nombre fue recordado con cariño, respeto y admiración por su familia, por sus amigos, por autoridades políticas, comunicadores sociales, colegas y alumnos.
A continuación compartimos unos de sus poemas, Belleza Latinoamericana, recitado desde su refugio en Isla Negra.
Descansa en paz Aracely, colega y amiga.
Hemos abierto nuestros comentarios para que los lectores puedan dejar su mensaje de despedida:
Doy gracias a la Vida por compartir contigo tantas vivencias, anécdotas, clases,talleres, y aún siento esos abrazos apapachadores que solo tú lo sabes dar ,al amigo, al hermano al ser humano..ya que para ti nadie sobra,todos somos uno….somo seres racionales y auténticos..
Un abrazoteeeee al cielo hermosa y bella mujer. !!
Te amo para siempre.
Luz de la Memoria nuestra compañía de danza y teatro acá en Chiloé seguirá tu legado.
Cheeeelyyyyyyy, te amamos !!!
Aracely la conocí en un momento de elecciones. Compartí en sus ultimos dias la posibilidad de acogerse a la ley 21309 apoyando a su hija y no fue posible.
Vuela alto compañera.
Perrita linda que risas más lindas y genuinas compartimos, siempre esperando que llegaras, no llegabas nunca maldita, pero cuando lo hacías siempre fue eterno, una hermosa terapia….fuiste siempre tan pegada a los niños, a tus hijas a tu nieta, a los hijos de tus amigos, a los hijos de tus hermanos, fuiste tan “bakana” con los mios, desde el primero hasta los último, siempre llegabas con regalos para ellos, siempre llenabas todo….
Te amaremos siempre y la mejor muestra de cariño y el mejor homenaje es estar siempre con la tuyas, Chelita y Elunita….
Así será
Te amamos amiga, más allá del cielo
En tantos corazones ha quedo tu luz, mujer hermosa, inigualable en cualquier aspecto, que siento que nunca podré dejar creer que sigues viva de alguna manera. Tu semilla está floreciendo y es hermosa. Un abrazo Chelita.
Mi hermana elegida
No sabes cuánto te extraño
Todos los días estás en mis pensamientos. Cada cosa que hago o que pienso siempre coincides tu
Tus hermosas hijas y nieta son lo que tengo de ti, ❤️
Espero que esta pena se transforme amiga, es muy duro todo esto
Simplemente una estrofa de nuestra canción “Compañera” de Alejandro Filio:
“Déjame idealizarte, que me pierda
que no encuentro otra manera de tenerte.
Compañera”.